Aunque la falda plisada esta hoy de total actualidad lo cierto es, como pasa habitualmente, que su historia se remonta a bastantes años atrás. Lo majestuoso de la moda es que se reinventa continuamente, mira al pasado, mete todos los ingredientes en una coctelera, los remueve y recompone formas, colores y tejidos que evocan a tiempos pasados y se adaptan a los actuales. ¡¡Pura magia!!
Si hablamos de plisados estamos obligados a hablar de su genio creador Mariano Fortuny y Madrazo, Granadino nacido en 1871. Hombre polifacético de marcada ascendencia artística que destacó en muchos campos como la pintura, escenografía, fotografía…y como no, la moda.
Inspirándose en los chitones jónicos empleados en la antigua Grecia y en la escultura clásica del Auriga de Delfos de la que tomaría su nombre, en 1909 Fortuny patentaba la que sería su creación más conocida, el vestido Delphos.
Realizados mediante unas secretas técnicas de tintado y plisado, cuyos procedimientos todavía se desconocen, cada vestido resultaba una obra única imposible de repetir. Adornados con cuencas de cristal de Murano, los deslumbrantes y coloridos Delphos fueron los primeros vestidos que liberaban el cuerpo de la mujer de la opresión de miriñaques, corsés y polisones. Llevados sin nada debajo, su utilización quedó recluida al ámbito del hogar hasta la llegada de los años 20, cuando su uso se generalizó después de que bailarinas como Isadora Duncan o la rusa Anna Pávlova se atrevieran a lucirlos en público.
(1) La bailarina rusa Anna Pávlova con vestido Delphos. (2) Gloria Vanderbilt con vestido de Fortuny fotografiada por Richard Avedon, 1969. (3) Conjunto “peplos” de vestido Delphos sobre túnica corta fotografiado por Cecil Beaton.
Fortuny conoce a Henriette Nigrin en 1900. Convertida en su principal colaboradora, la pareja se casa en 1924 pese a la oposición de la familia de el ya que ella era divorciada. Como bien sabemos nosotras, detrás de un gran hombre simpre hay una gran mujer y en este caso, una vez más, es difícil establecer con claridad cuales de las creaciones atribuidas a Fortuny, especialmente aquellas vinculados con el diseño y la confección, no lo fueron en realidad de su esposa. Todo indica a que nos encontramos ante una de esas figuras femeninas olvidadas por los libros de historia, como demuestra entre otros escritos el presentado para patentar el vestido Delphos, “Esta patente es propiedad de su inventor, la Señora Henriette Brassart. La he presentado en mi nombre por lo urgente del caso. París, 10 de junio de 1909. Fortuny”.
(1) Henriette Nigrin fotografiada por Fortuny en París, 1902. (2) Vestido Delphos bajo gasa con decoración estarcida.
Sea como fuere debemos agradecerles a ambos esta maravilla de tejido que un siglo después vuelve pisando fuerte y creemos que ha vuelto para quedarse en nuestros armarios por mucho tiempo.